21 de junio de 2015
Buscad primeramente el Reino de Dios
Tercer Semana después de Pentecostés. „Buscad
primeramente el Reino de Dios y Su verdad”
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Al leer las palabras donde Nuestro Salvador nos dice que
podríamos vivir de manera simple y despreocupada, si nuestra
alma no se preocupara por la comida y bebida, y el cuerpo – por
cómo vestirse, dos sentimientos opuestos surgen en nosotros.
Por un lado, parece que es cierto: ¡qué simple sería vivir así, y
por qué no hacerlo! ¿Por qué no deshacernos de nuestras
responsabilidades, de las preocupaciones que constantemente
nos atormentan? Por otro lado, tenemos una sensación diferente:
¡pero si es imposible! ... Y entonces nos enfrentamos a la
pregunta: ¿Es acaso imposible lo que Cristo dijo? ¿No
constituye acaso lo que Él nos manda una verdadera forma de
vida?
¿Cómo resolver esta dualidad del alma? Me parece que la
solución está en prestar atención a esas condiciones estrictas que
nos otorga esa libertad. Si queremos vivir como Cristo nos dice,
es decir, preocuparnos por el Reino de Dios y su verdad, con la
esperanza de que todo lo demás vendrá por añadidura, entonces
tenemos que cambiar por completo nuestra actitud frente a la
vida y dejar de vivir de la forma en que hacemos.
La verdad del Reino de Dios consiste en amar a Dios con todo
nuestro corazón, todo nuestro pensamiento, con todas nuestras
fuerzas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Esta
verdad exige que en nuestra vida no quede nada que no pueda
ser considerado amor a Dios y amor al prójimo. Esto significa
que todos nuestros pensamientos, todas nuestras fuerzas, todo el
corazón deben estar entregados a los demás - a Dios y al prójimo
- y no a nosotros mismos. Esto significa que todo lo que
tenemos, todo con lo que nos consolamos y regocijamos le
pertenece a Dios y al prójimo. Significa que todo lo que usamos
más allá de los estrictamente necesario, se lo estamos quitando a
Dios y al prójimo.
Si pensamos en cómo vivimos: ¿quién puede resistir ante el
tribunal del Reino de Dios - Reino de amor abnegado,
crucificado, feliz, salvador? Todo lo que tengo no es mío, todo
lo que uso más allá de lo que necesito, se los quité y robé a
alguien, todo lo que no entrego por libre voluntad, con amor, Lo
estoy quitando y arrancando del milagro del Reino del amor de
Dios ... Si nos concentráramos en esto, sería fácil vivir por la fe
en Dios y por la misericordia al prójimo: porque sería vivir en la
pobreza espiritual y en el desprendimiento físico, aún
inasequible para nosotros.
Esto es lo que está detrás de las palabras 'ligeras' de Cristo
'olviden todo – el Padre cuidará de vosotros' ... Detrás de estas
palabras está el cuidar sólo de lo que es de cuidado para Dios, de
nuestro Dios vivo, crucificado en el Gólgota, y entonces
entraremos en aquel Reino, donde nada nos será necesario, y
donde el Señor nos dará todo. Amén.
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