10 de marzo de 2017
Domingo del Triunfo de la Ortodoxia
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy recordamos el triunfo de la Ortodoxia por encima de los iconoclastas, de los 'Rompedores de Imágenes ' según la definición de la Real Academia Española.
Es válido recordar lo primero que leímos de pequeños cuando incursionábamos en las Escrituras: Dios dijo 'hagamos al hombre a imagen y semejanza Nuestra' y de ahí que atributos como la grandeza, el amor, la creación, la belleza y la libertad son propias del hombre por gracia de Dios.
Si hacemos una retrospección de nuestras vidas, de nuestro comportamiento social, podemos afirmar que la iconoclasia sigue vigente y no únicamente en las sectas mal llamadas cristianas donde no se veneran los iconos, sino en nosotros mismos, cuando desconocemos la imagen de Dios en el hombre. Con comportamientos cada vez más individualistas. ¡Pisoteamos la Imagen de Dios todos los días!
Nuestro Señor nos muestra el camino ascendente. Pero estamos tan desequilibrados que la tierra nos reclama y nos ancla. En la escuela nos enseñan que venimos del mono y que nuestro mejor amigo es un perro. Gastamos fortunas en alimentos, peluquería y paseos de mascotas, pero para dar una limosna nos hacemos trucos mentales de todo tipo 'seguro que no necesita la muleta', 'esa nena es alquilada' '¿para qué? Si se la gasta en vino'. ¡No seamos hipócritas! Nuestro Señor definió como un sepulcro blanqueado al fariseo tanto así, como a nuestro propio fariseismo. Hermosos por fuera pero podridos por dentro, cumplimos las reglas, llenamos nuestras bocas de largas oraciones, cumplimos con los ayunos, pero no nos miramos, no nos hablamos, somos desconfiados y mentirosos.
'Un monje perfecto, dice Nilo de Sinaí, estimará después de Dios a todos los hombres como a Dios mismo'. Prestemos atención a estas palabras, a todos los hombres, no dice a unos más y a otros menos, no dice a este que es importante y estimados por todos, si y al disminuido social, no.
Sepamos que la 'imagen' es entera, sagrada por excelencia, no puede sufrir ninguna alteración. Pero se la puede reducir al silencio y hacerla ineficaz. San Gregorio de Palamas, a quien conmemoraremos el domingo próximo, precisa que después de la caída, hemos rechazado la semejanza, pero no hemos perdido el ser a imagen.
Esforzémosnos a ser semejantes a Dios. Amemos la humanidad, dejemos la indiferencia a un costado y todo el amor que nos expresamos virtualmente materialicémoslo cuando nos tenemos frente a frente. No seamos 'rompedores de la imagen' y recordemos que un domingo como hoy, el primero de la gran Cuaresma, triunfaba la Ortodoxia, la doctrina recta. Seamos rectos y exigentes con nosotros mismos y misericordiosos con el hermano.
Que esta Cuaresma sea para un crecimiento genuino. No pretendamos grandes proezas, que nuestras metas sean pequeños objetivos realizables, uno a la vez. Pongamos en práctica todo lo que sabemos, salgamos del conformismo, miremos hacia adentro con severidad y hacia afuera con compasión. ¡Tomemos la iniciativa hoy! ¡Ahora! Y cada paso que demos, que sea un escalón hacia arriba, rompamos las cadenas del ancla, dejemos la tierra cada vez un poquito más abajo. Para que esta Pascua o Pésah sea un pasaje de la esclavitud del pecado a la libertad de las virtudes y podamos verdaderamente amar a Dios por sobre todas las cosas pero también a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Amén.
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