08 de octubre de 2020
Comunicado Sinodal
Sobre la situación actual resultante de la epidemia de coronavirus y las medidas que se están adoptando.
El Santo Sínodo de la Iglesia de los Verdaderos Cristianos Ortodoxos de Grecia pide a su rebaño cristiano que intensifique sus oraciones durante las difíciles circunstancias de la época por la que estamos atravesando.
Especialmente en Grecia, más que nuestros otros hermanos, debemos estar espiritualmente vigilantes y evitar el azote nacional de la discordia, puesto que ya estamos experimentando una amenaza más grave; la de las acciones militares del este por parte de los antiguos enemigos bárbaros de nuestro pueblo. Instamos al pueblo nombrado por Cristo de la verdadera Iglesia a que no participe en las disensiones, sino que mantenga una actitud sobria en todos los asuntos.
Con respecto a la enfermedad coronavirus mencionada anteriormente y sus consecuencias para la vida en la sociedad en general, el Santo Sínodo insta paternalmente a su rebaño a no adoptar posiciones extremas. Por un lado, no es correcto decir que el virus en cuestión es inexistente y que, por consiguiente, no hay necesidad de medidas de seguridad; por otro, no debemos sucumbir al pánico. Ahora bien, el pánico adopta dos formas opuestas: existe el pánico por el miedo a la enfermedad que lleva a comportamientos extremos, y el pánico por la sospecha de motivos ocultos detrás de las medidas de seguridad.
Pase lo que pase, debemos permanecer firmes en la Fe, intrépidos en espíritu e imperturbables en el alma, “gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación, perseverantes en la oración” (Romanos 12:12). Es cierto que algunas de las medidas que están tomando las autoridades seculares pueden ser excesivas e incluso defectuosas, o al menos poco prácticas, especialmente teniendo en cuenta que ningún ser humano es infalible. Sin embargo, ni siquiera los médicos están de acuerdo en cuanto a la forma y la amplitud de los procedimientos de seguridad necesarios. Además, los mismos científicos, han adoptado a veces en el pasado, puntos de vista diferentes en relación con el problema y las formas de afrontarlo.
Por lo tanto, ya seamos clérigos o laicos, nuestras posturas en todo asunto no dogmático (como en el presente caso) deben ser no sólo sobrias, sino también circunspectas. Por supuesto, siempre que las autoridades seculares locales han intentado interferir en los asuntos internos de la Iglesia mediante la imposición de sus decisiones en cuestiones puramente dogmáticas (como, por ejemplo, las ideas iconoclastas relativas a la prohibición de venerar a los Iconos, o la disputa sobre el Misterio de la Sagrada Eucaristía), entonces, ciertamente, el dictamen Apostólico, 'Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres' (Hechos 5:29), se ha aplicado y sigue siendo válido. Por lo tanto, no se permite ni la indiferencia completa ni la adhesión a ideas antitéticas a la Fe y Tradición Ortodoxa.
Nuestro Santo Sínodo sigue de cerca estas cuestiones y da directrices generales a sus Obispos, que deben aplicarlas de forma adecuada a las circunstancias locales y orientar a sus Sacerdotes sobre lo que debe hacerse en cada caso específico, evitando pronunciamientos públicos perjudiciales. En conclusión, nuestro Santo Sínodo recuerda a sus hijos espirituales que todas las pruebas que la buena Providencia de Dios permite se deben a nuestros pecados y que, por consiguiente, debemos afrontarlas mediante un bendito arrepentimiento.
Brindamos nuestro apoyo en la oración a los que padecen la enfermedad y a sus familiares, así como a los que sufren bajo las medidas mencionada; rogando por la curación de las almas y cuerpos, para que la gracia de nuestro Dios Bondadoso traiga un fin favorable a esta prueba que la humanidad está sufriendo a causa de nuestros pecados. Nuestro regreso a los caminos agradables a Dios, a través del arrepentimiento, traerá alivio y paz a todos nosotros. ¡Que esto suceda lo antes posible!
Cancillería del Santo Sínodo
Atenas, 5/18 de septiembre de 2020
|